jueves, 29 de septiembre de 2011

Día Mundial del Teatro

El 27 de marzo de cada año, quienes de algún modo estamos vinculados al trabajo teatral o simplemente disfrutamos del teatro como arte y forma de comunicación celebramos el "Día Mundial del Teatro". Fue el Instituto Internacional del Teatro,quien creó en 1961 esta celebración. El ITI (Internacional Theatre Institute) tiene como una de sus principales tradiciones la difusión de un mensaje internacional escrito por una personalidad importante dentro del medio teatral y de talla mundial.Este mensaje es leído antes de cada una de las representaciones a lo largo y ancho del mundo en este día.

Este año, la elegida para escribir el mensaje internacional del teatro, ha sido la investigadora Jessica a. Kaahwa, de Uganda.Ésta leyó el mensaje en vivo el pasado 23 de marzo en presentación abierta al público en el Maison de l'UNESCO en Paris. Jessica A. Kaahwa,dramaturga, actriz, directora y gestora cultural, respetada mundialmente por su labor humanitaria y actualmente profesora titular en el Departamento de Música,Danza y Teatro en la Universidad de Makerere en Uganda. Kaahwa posee una larga y variada carrera en la investigación y el diseño de la metodología de comunicación participativa para el desarrollo. Ha sido la impulsora de una serie de iniciativas, dentro de su país, que han tratado de utilizar el teatro y los medios de comunicación como una fuerza constructiva en la configuración de los conflictos y en la mejora de la salud. En la actualidad, continúa con sus investigaciones sobre la integración del teatro en las prácticas terapéuticas.

El departamento de Dramatización-Teatro del colegio Helios, como cada año, se suma a esta celebración leyendo el
Mensaje del día Mundial del Teatro y realizando actividades relacionadas en este día (lectura dramatizada, presentaciones, murales...etc).
La Historia del teatro estudia la evolución del arte dramático a través del tiempo. El concepto de teatro es muy amplio: cualquier grupo de gente que desarrolla un espectáculo en un tiempo y espacio determinados forman un espectáculo teatral. El teatro tiene una base literaria, un guion o argumento escrito por un dramaturgo. Pero ese texto dramático requiere una puesta en acción, para la cual es imprescindible la interpretación por medio de actores o personajes que desarrollen la acción, así como elementos como la escenografía y decorados, la iluminación, el maquillaje, el vestuario, etc. Ciertos espectáculos pueden ser igualmente sin texto, como en el caso de la mímica y la pantomima, donde destaca la expresión gestual. Por otro lado, un elemento indispensable para la comunicación es la presencia de un público. El teatro tiene una función de socialización de las relaciones humanas, ya que presenta cierto grado de ritualización.
Los orígenes del teatro se encuentran en antiguos ritos de origen prehistórico, donde el ser humano empezó a ser consciente de la importancia de la comunicación para las relaciones sociales. Ciertas ceremonias religiosas tenían ya desde su origen cierto componente de escenificación teatral. En los ritos de caza, el hombre primitivo imitaba a animales: del rito se pasó al mito, del brujo al actor. En África, los ritos religiosos mezclaban el movimiento y la comunicación gestual con la música y la danza, y objetos identitarios como las máscaras, que servían para expresar roles o estados de ánimo. Estos ritos reforzaban la identidad y la cohesión social: los gun de Porto Novo (Benín) hacen el kubitó, ceremonia mortuoria donde los participantes, con técnicas de prestidigitación, desaparecen del público; los ibo de Nigeria celebran el odo, sobre los muertos que retornan; los dogon de Malí practican el sigui cada 60 años, en celebración del primer hombre que murió; los abidji de Costa de Marfil tienen el dipri, fiesta agrícola de año nuevo, donde se clavan cuchillos en el vientre, cicatrizando luego las heridas con una pasta. En la América precolombina se desarrolló una forma de teatro en las culturas maya, inca y azteca: el maya estaba relacionado con fiestas agrícolas, e ilustraba historias del Popol Vuh; el azteca desarrolló notablemente la mímica, y tenía dos vertientes, una religiosa y otra burlesca; el inca, escrito en quechua, servía a intereses del estado.